Capitulo 2

El cielo azul y negro.
Las nubes, que formadas en líneas imperfectas alumbradas por la luz de la luna grande.
Envuelta en mi seguridad y abrazándonos fuimos recorriendo un nuevo rumbo, sin huellas, ni visto jamás. Nuestras charlas, nuestra comunicación, nuestros gestos, fueron acostumbrándose a los del otro. Con el tiempo empezaste a reconocer el desconcierto, en común, empezaste a convertirte en vos sola. Tus alas empezaron a crecer hasta ponerse del tamaño que te correspondía, sola volaste. No me sorprendió tu facilidad, ya que tu capacidad era excelente, yo no era digno de juzgar.
Decidimos ampliar el conocimiento y contar cada unos nuestras anécdotas, rumbos nuevos tomamos cada uno.
Acordamos encontrarnos en este rumbo que seguíamos...